manos bordadoras

 

 

«El agua borboteaba en la olla.
Colé un puñado de menta y lo serví.
Para que se llevara todos los males y se convirtieran en una nota a pie de página.
Caminamos sobre la escoria candente.
Parece que no hay nada que no seamos capaces de hacer.
Nos aclaman en el mercado.
Golpeamos el bongó;soplamos a través de una lengüeta.
Para representar lo delicado; para hacer añicos la naturaleza.
Examiné mis paredes empapeladas de escritura infantil.
En una ocasión me descubrí conmovida por un contorno, el cordón de un delantal.
Ciertas cosas y la forma de las cosas.
Un cuello blanco almidonado.
Unas manos enormes contra un abrigo oscuro.
Dibujé para deshacerme de esas proporciones inquietantes y al cabo de un rato el dibujo en sí adquirió una importancia que no guardaba relación con nada.
Se convirtió en una obra, una tortura que enseguida abandoné.
Metí en una caja las últimas de mis herramientas: unas plumas de ganso.
Junté las manos y me incliné, y dejé mi puesto para ir tras el ruido de la vida.
Mi ventana se abría a una escalera de incendios que daba a la calle.
La gente se apresuraba con alas en los pies.
Supuse que era Navidad.
Pronto nos rendiríamos a los caprichos del sol.
Pronto caerían las hojas, como manos moribundas.
El viento, en su sabiduría, había llenado las mías.
Un pasaje de ida de Darjeeling a Ghum.
Junté las palmas agarrando con firmeza mi premio, vivo como el huevo de una efímera.
Me acerqué a la baranda y dejé caer mi capa, y lo que había en ella se desparramó.
El pelo me cayó por la espalda en trenzas grasientas.
Lo único seguro es el cambio.»

-Patti Smith (de «Tejiendo Sueños»)

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: