Lucy Campbell

«Durante un día o dos desconcertada,
turbada aunque sin miedo,
encontré en mi jardín
a una doncella a la que esperaba.

Me hace señas y allí empiezan los bosques,
me llama y todo empieza.
Sé bien que en una tierra
así jamás he estado.»

-Emily Dickinson, de la colección ‘Poesía portátil’.

Lucy Campbell

El herbario de la escritora norteamericana Emily Dickinson (Amherst, Massachusetts, 1830 – Amherst, 1886), una poeta que vivió los últimos años de su vida sin salir de su casa, recluida en una intimidad particular que plasmó en cada verso. Tal vez ya conocen su historia, pero se puede resumir así: murió a los cincuenta y cinco años siendo una desconocida y habiendo publicado solo siete poemas. En realidad había escrito casi dos mil y fue su hermana quién los encontró en un cajón, garabateados en pedazos de papel o cuidadosamente cosidos en cuadernillos.

Lo que muchos no saben de ella es que estudió botánica desde pequeña y creó un bellísimo herbario con 424 flores organizadas según criterios estéticos y científicos. El álbum original se conserva en una de las bibliotecas de la Universidad de Harvard y está disponible de forma digital acá. No dejen de verlo, es de lo más hermoso que anda dando vueltas por internet, literal.

Es tan poco el trabajo de la hierba,
esa esfera de simple verde:
sólo criar mariposas
y entretener abejas.

Todo el día bailar al ritmo de las lindas
tonadas que las brisas traen
y recibir el sol en el regazo
y a todo decir sí, inclinándose.

Ensartar el rocío –como perlas–
toda la noche. Y emperifollarse
más elegantemente
que una duquesa.

Y, al morir, deshacerse
en fragancias divinas,
como humildes especias que se quedan dormidas
o como nardos que perecen.

Y entonces habitar en trojes soberanas
y soñar por el resto de los días.
Es tan poco el trabajo de la hierba.
Yo quisiera ser heno.

4 Replies to “.el edén en un jardín”

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