.cartas a una amiga veneciana-2-Rilke

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Cielos de Bernal

(ahora…llueve!!!!! que lindura!…)

«Capri, Villa Discopoli. Marzo de 1908.
Me reprocha usted, Querida, semejante silencio; debo soportar sus reproches, los merezco, del mismo modo que no merezco ninguna otra cosa.
   (…) Estaba enfermo -creo que lo estuve de cuerpo y de alma, infinitamente. Una influenza me ha atenazado semana tras semana, disminuyendo mis fuerzas y mi entereza; entregándome a todas las congojas de la sangre y del cerebro; al final, estaba tan agotado de los nervios que no podía leer ni escribir. En fin, estaba enfermo. Pero ya me estoy reponiendo.
Ahora me doy cuenta de lo exhausto que estaba mi corazón. De nuevo me digo que no debo amar más que mi trabajo; sólo a través de él vence mi sentir y, pese a todo, emprende el vuelo y se multiplica, como un bosque que naciese de la semilla de mi corazón, esa semilla que el viento de Dios lleva llejos de los hombres y de sus jardines apaciblemente domésticos.
   Le aburro, Amiga mía, pero éste es mi único pensamiento, mi único deseo: recobrar la salud para abismarme, más que nunca, en mi trabajo. El trabajo del artista debe ser como la muerte; hay que darse por entero, sin reserva, a solas, no poseyendo más que esa moneda que se ponía en la boca de los muertos con el fin de asegurarles el paso del trágico río, el que por siempre les separaba de sus Amigos.
París, rue de Varenne 10 de junio de 1909
Si hubiese encontrado un poco de fuerza y de sentimiento en el fondo de mi corazón, no habría vacilado, Querida, en enviárselos: esté segura de ello.
   Pero esta temporada que para usted es una larga tarea colmada de dolor, no ha sido para mí menos penosa y grave, no sabiendo cómo sobrevivir a una angustia tan tenaz y penetrante.
   Mi estado, tal como usted ha visto, empeora; no he escrito una sola línea en estos largos meses, y la mismísima primavera no ha sabido aliviarme esta vez; mientras ella avanzaba, yo permanecía distante, aislado por culpa de mis sentidos opacos, embotados. Ésta debe de ser (cuántas veces pienso en ello?) la vida de un tallo quebrado, aún ligado al árbol por un poco de corteza, pero que interiormente ya no tiene nada que ver con la savia felíz en torno a la que todas las ramas se embriagan.
   (…) Sea fuerte, Querida, sobreviva una y otra vez a la vida; pese a todo, es a eso lo que tenemos que aprender…»
Rainer Maria Rilke
Selección de Teodoro Gómez Cordero
Transcripción de Gabi

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