Este post es especial.

Lo hago feliz. Y agradecida de la vida.

Me siento afortunada porque en mi camino me voy encontrando con personas que me inspiran.

En tiempos líquidos y vertiginosos encontrar seres profundos de hondo cayado y corazón puro, es un regalo.

Zoila es una constructora de historias. Más aún: habita un mundo sutil de una manera muy simple. Me gusta la frescura que tienen sus letras. Llegan al alma.

Quisiera que los más que puedan, la lean. No se van a arrepentir.

Aqui va un pequeño adelanto de su poesía. Y un boceto de su vida.

Disfruten!

-Gabi

Alforja de la vida

«En las cuerdas más leves,
en las estancias más sutiles,
llevo grabadas todas las voces,
todas las notas.
Y llevo,
registrada en su incontable y posible variedad,
la historia toda.
La del hombre,
y la de cada uno de los hombres;
la del animal,
y la de cada uno de los animales;
la de la planta y la piedra,
y la de cada una de las plantas y las piedras.
Llevo dentro
la claridad íntegra de los señores de la noche,
la de aquéllos que dan su propia luz
y la de aquéllos que se visten con luz ajena.
Pero también llevo
—no lo dudéis—
toda la sombra,
porque sólo desde la sombra
se enciende el sol.»

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Noche, nodriza

«La noche me abre su puerta plagada de grillos,
quietud y ruidos indescifrables.
Un auto protesta en el borde del silencio
y se me antoja que, de un momento a otro,
la oscuridad me revelará su gran secreto.
Aguzo mi oído y me encuentro con la noche dentro mío…
Una noche plácida de lago adormecido
y tenue bruma,
una noche que se despliega lentamente
como abanico cósmico.
Una noche que sabe canciones que yo no sé,
pero que pudiera aprender, si la escucho…
Una noche que guarda el ciclo de la vida toda,
que nace en el germinar del día
y se apaga lenta y gravemente
como una estrella en el mar.
Noche, cuna y sepulcro de los más grandes misterios,
del más grande amor…
Noche discreta, silenciosa, dadora…
Solo la Luna sabe que en tu pecho de matrona
dormita la tibia luz.»

/

Hoy corre por mis venas

«Hoy Neptuno y el Sol corren por mis venas.
Neptuno, con su más inspirada lira,
el Sol, con su torrente de plenitud.
Hoy corren por mis venas tomeguines,
prados en flor, conejos.
Y el alba a punto de madurar.
Hoy corre por mis venas el mundo
y el expectante silencio de la noche
envuelto en sábana astral.
Corren por mis venas las nubes
perseguidas por el lúbrico viento
y corre en mí el galopante mar.
Hoy vuelan, nadan, palpitan, en mis venas,
gaviotas, pelícanos, delfines…
bosques, ciervos.
Hoy corre por mí la Vida con su plétora y su bonanza
y con ella,
todos mis yoes.
Hoy corre por mis venas lo que es,
lo que no es
y lo que soy.»

-Zoila María Portuondo Guerra

Zoila María Portuondo Guerra nació en La Habana, Cuba, el 14 de diciembre de 1952.
En 1976 se graduó de Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de la Habana.
En 1970 obtuvo el título de idioma inglés en la Escuela de idiomas Jorge Dimitrov, y en 1995, el de nivel medio en la Internacional School of Havana.
A lo largo de su vida profesional se ha desempeñado como asesora y guionista de programas radiales, instructora de cine, traductora, investigadora, redactora, correctora y editora.
Ha escrito y publicado 4 libros y numerosos artículos de contenido científico técnico, en Cuba y fuera de ella .
Actualmente trabaja como editora en Artecubano Ediciones.

La presente selección, realizada por la propia autora, reúne lo más notable de la creación lirica de la poeta cubana Zoila Portuondo Guerra. Su visión del mundo, de un decantado humanismo, impregna sus versos de gran amplitud psicológica y fina percepción espiritual. El tono flexible y abierto, la abundancia simbólica, la profunda religación con los orígenes que sus poemas establecen, son rasgos especiales de su enunciación. El lector entrará en ameno contacto con una voz de viva pluralidad, que ejerce la fraternidad cósmica, y en la que vivencia y sabiduría alcanzan una cristalina plenitud.

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«Una religación del mundo…

Los seres humanos estamos escindidos profundamente.

De esta trágica escisión nacen la inmensa mayoría de nuestros infortunios, individuales y colectivos.

Todas nuestras aventuras redentoras han fracasado hasta ahora porque no hemos sido capaces de resolver nuestras violentas y dolorosas fracturas.

Creemos que marchamos hacia el crecimiento y la felicidad, hacia el progreso y la libertad, hacia la abundancia y el saber, hacia la armonía y la plenitud, tanto en términos solitarios como gregarios, pero nunca alcanzamos verdaderamente esas metas, porque actuamos bajo compulsiones que poseen profundas quebraduras, de índole estructural, y adentro de cada uno y en la extensión de todos, las escisiones se imponen sobre las orquestaciones más próvidas de la realidad.

No hemos podido establecer una sanación legítima, tanto en el plano de la soledad como de la solidaridad, para avanzar de lo Uno a lo Otro con la sofrosine necesaria.

Quitarse de encima todas las hechuras de poder que nos han configurado en las esferas sociales más diferentes es una labor hercúlea que necesitaría un consenso extraordinariamente operativo y productivo, que resulta casi imposible en seres tan dicotomizados.

La poesía es uno de los recursos naturales de la psiquis, si no la vemos tan solo como un ejercicio de arte sino sobre todo como un ascenso antropológico, para batallar en silencio y ante la multitud por un re equilibrio sísmico, por una sanación, aunque sea eventual y simbólica, de nuestra subjetividad escindida.

Y una de las propiedades profundas de la poesía en las almas que tienen inclinaciones cosmogónicas es la religación del mundo, volver a los orígenes, entrar en el seno del cosmos como un espíritu cuya esencial alegría es la inclusión devota en el Todo.

De eso trata precisamente este volumen de versos de la poeta cubana Zoila Portuondo Guerra, que reúne muchos textos escritos durante toda una existencia de humilde creación silenciosa. Hay tanta grandeza espiritual en este conjunto de visiones que se piensa, irremediablemente, en los diletantes de la poesía, los cazadores de dádivas institucionales, que no pueden exhibir estas perspectivas de alma y gozan sin embargo de abundantes y coloridas bengalas.

En este racimo de espíritu hay mucha religación del mundo, hay mucha escisión eliminada, y una de las principales es entre las partes y el todo, la equidad de la partícula y el infinito, la sinergia amorosa entre lo que es instantáneo y eterno.

Mucho ha hablado de esto la poesía auténtica de todos los tiempos, y entre nosotros tenemos maestros egregios de la esfericidad, como José Martí o Lezama Lima, y hemos amado profundamente a Whitman, que fue un resonante espejo de lo unitivo diverso, pero en nuestra poeta está la raíz femenina de lo absoluto, la amorosa vinculación de lo que se entrega y recibe en el seno de lo permanente.

Mucho disfrutará el lector todas estas resonancias y las germinaciones sensibles que suscita un libro de versos como este donde se alcanza en sus instantes de esplendor la divina religación de lo Uno con lo Otro.»

-Roberto Manzano

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