Photo: @elenacamposcea

«Creo que los besos se dan en la boca

porque es de dónde brotan las palabras

si yo te besara la punta de los dedos

estaría buscando una caricia

si te besara la suela del zapato

estaría buscando un camino

si te besara los párpados cuando estás dormido

estaría pidiendo permiso para entrar a tus sueños

pero te estoy besando los labios

porque quiero escuchar mis palabras salir de tí

otra vez…

si te besara las plantas de los pies

buscaría un paso en falso

si te besara la parte interna del codo

buscaría tus cubículos

si te besara la sombra

no sabría lo que busco

pero estaría tan cerca

si te buscara esta noche

besaría a cada extraño hasta encontrarte

tampoco

otra vez…

si te besara

sería escurridiza por un lienzo

carne que se desborda

y que se expande por las vigas de mi casa

treparía escurridiza por un muro fronterizo

entre la piel de la carne

que se inyecta en una estructura impersonal

llamada nombre

estaría consumida antes siquiera de abrir los labios

si te besara

y no podemos hacer nada por esta muerte

por esta muerte demasiado

invocaría un cataclismo sólo con pronunciarlo

y por eso por eso

me guardo quieta

quieta

atenta al estado alerta

alerta por si acaso

por si acaso hubiera atisbo de encontrar el punto medio

entre los muros donde shh

no hacernos daño

dónde sólo darnos cuenta

de hasta donde llega el beso

antes de que llegue la rabia…»

-Elsa Moreno Calabuig

Photo: @elenacamposcea

«Aún no he encontrado la palabra.

La tiento con la lengua

la busco entre los dientes

llego incluso a rozar la campanilla.

Emito fonemas que se intuyen

que lo intentan

pero parece que el lenguaje está en proceso.

Estamos descubriendo las grafías.

Empiezan por el movimiento de las manos.

Te acaricio también en tentativa

de que me entiendas…»

Photo: @elenacamposcea

«…retén el tiempo entre tus palmas

que yo conozco tan tiernas

retén el tiempo como una cuerda gruesa

que tira salvaje

quémate las manos con el tiempo

mientras yo te acaricio el lomo

manso…»

Photo: @elenacamposcea

«La casa tenía paredes.

Recuerdo.

La casa escondía el montaje.

Y eso nos parecía suficiente.

La cocina está en llamas

tenemos los ojos pequeños

venimos de otros sitios

sólo creemos en Dios una vez

repite

solíamos pasar las tardes en un café-librería

«no te miento, no hay nadie»

los espárragos son para la cena

tenemos una sonrisa enorme

¿ves?

hace frío allá afuera

recuerdo

me encanta la textura de tus manos

¿mis manos?

voy a besarte

¿mis manos?

sólo creemos en Dios una vez

la cocina está en llamas

¿mis manos?

si tuviésemos salud, al menos

susurra mi nombre.»

Photo: Lucia Lamata

«Te escribo porque está lloviendo.

Te adjunto unas gotas

por si quieres mojarte la cara

y llamarme y decirme

que me quieres.

Te escribo porque aquí está lloviendo

y allí no sé qué tiempo hace.»

«Nunca pasa nada

y pasaste tú

y me volví de asfalto.»

@aslemor99

📕 En un lugar limítrofe (La Imprenta), de Elsa Moreno disponible en librerías y venta online. Distribución sólo en España 🍃 #poesia #poesiaoral #slampoetry #spokenword

♬ sonido original – Elsa Moreno

«No sé si tendré un trabajo estable
si algo se llamará casa
si ésta hablará mi idioma
si alguien conocerá mi nombre
si ya no tendré la urgencia de buscarme
si habré aprendido a hablar con lo básico
si sabré confiar en los ojos que me miran
si el amor será más grande que el miedo
si los sueños serán un trofeo en la memoria
si seguirán sonando las manos que hoy me tocan
si, por fin, habrá paz para este cuerpo
no sé,
pero hoy decido creer
que lo invisible me sonríe.»

Elsa Moreno

A Elsa Moreno solo le falta bailar. Pero quizá pueda inspirar mil y una danzas.

«Empecé a estudiar danza con 13 años. Recuerdo que, el primer año que tuve la asignatura de composición, trabajé un solo de danza sobre unos poemas de Bécquer. Era el primer poeta clásico que leía por voluntad propia y, automáticamente, vi la conexión entre las letras y el cuerpo. En ese momento no era consciente de lo que estaba trabajando y eso es lo más bonito de todo, que esta investigación que llevo a cabo ahora mismo ya la inicié antes siquiera de ponerle nombre.»

«Empecé a interesarme por la poesía hará unos diez años, a los catorce. No era una niña especialmente letrada, no era de aquellas que devoran libros, ni mucho menos, pero siempre he tenido mucha sensibilidad artística. Entre toda la convulsión emocional de la adolescencia, me dio por expresarme a través de la poesía. Pero lo que realmente despertó mi voz poética fue el laboratorio de escritura poética de David Trashumante. Trashu es muy buen mentor y supo darme las claves necesarias para desapegarme de esa poética más adolescente de la que venía. Recuerdo una de sus lecciones que se me quedó grabada: no es cuestión de explicar una emoción, sino de generarla…»

«Veo el mundo desde el cuerpo y desde el movimiento porque es mi hábitat natural, y mi poesía es una flaca traducción de esas visiones. Todo se retroalimenta, porque luego mi poesía es devuelta al cuerpo. Parece que me centrifugo de repente.»

«Lo importante no está en la cantidad de relaciones sexo-afectivas que tienes o que puedes tener, sino que las relaciones que se forjen sean desde la honestidad, el cuidado y la horizontalidad.
Me gusta entender mis relaciones como un cielo estrellado. Cada vínculo es una estrella que flota en el cosmos y cada estrella tiene una composición distinta de distintas energías (romántica, sexual, de amistad). Cada vínculo es único y no voy a negar que en unos hay un componente más romántico, otros tienen una energía más sexual y otros son de colegueo absoluto, pero en todos hay una mezcolanza de las tres. Con esta imagen siento que se respeta la fluidez de las relaciones y se evita caer en jerarquías arbitrarias.»

«Me obsesionan los límites porque me cuesta creer en ellos. Me cuestiono todo el tiempo si un límite es un límite o si hay algo más, si puedo empujar desde dentro o igual si atravieso la membrana… no sé. Me obsesionan mis límites, vaya. Soy yo la que no me pongo fin porque quiero verme expansiva, líquida, vaporosa. Esto tiene mucho que ver con la cultura del sacrificio. Ese lugar limítrofe es un lugar inalcanzable, es el horizonte. El límite varía según las capacidades de percepción que tenga en cada momento.»

«Me pasa que, como me contradigo todo el rato, aunque yo quiera evocar un bosque, todo el mundo dice que mi libro es de agua, y es verdad. No fue de manera deliberada, pero el libro tiene una energía muy acuosa. Aparecen la lluvia, un lago y por último el mar. Supongo que el agua representa ese ideal de fluidez. Necesitaba flotar, dejarme llevar, dejar de aferrarme al pasado y a los ideales. Porque, muchas veces, queriendo rehuir de unos patrones, terminamos aferrándonos a unos ideales que tampoco representan una forma genuina de vivir, que tampoco son nuestros, que también son preconcebidos. Igual deberíamos flotar antes de echar a nadar sin rumbo alguno.»

«Mi formación en danza me ha ayudado a tener una conexión muy cercana con él. Necesito moverme, cuidarlo, escucharlo. Soy muy sensible al lenguaje de los cuerpos. El tacto. Mi visión del mundo pasa necesariamente por la carne. Y esto me gusta. Creo que sitúa mi poética en un punto muy concreto. Pero en lo referido a mi cuerpo, la situación es convulsa.»

«…tanto la danza como la poesía me resultan un intento de traducir una impresión personal del mundo. Y se entrelazan porque hay códigos de un lenguaje que no lo tiene el otro. Tanto el cuerpo como la palabra alimentan la misma obra ofreciendo distintos matices, en un intento de transmitirle a un público potencial esa alucinación que me produce la vida. Eso sí, sabiéndome profundamente limitada, pues ningún lenguaje puede serle fiel al origen.

Elsa Moreno Calabuig (Valencia, 1999). Graduada en Comunicación Audiovisual por la Universitat de València y en el Conservatori Professional de Dansa de València, en la especialidad de danza contemporánea. Formada en teatro por la Escuela Off y en escritura poética con David Trashumante (Bibliocafé). Actualmente, cursando el Máster en Gestión Cultural: Danza, Teatro y Música, del ICCMU. Ha sido publicada en las antologías de Teixidores de futur (2017), No estoy mala (2018), Grayas (2021) y Arrebol #3: Fuego (2021). Se desarrolla como creadora escénica (Lastre: yo no soy bailarina, 2021; Sorpresa, 2022; 21 días intentando hacer el pino, 2022), intérprete (La casa de Bernarda Alba, 2020; Enlluernador, 2021; La Caravana de les Flors, 2022) y poeta (A veces las voces, 2022; En un lugar limítrofe, 2022).

También ejerce de gestora cultural de manera independiente a través de Orbis Vacui, un colectivo joven dedicado a ofrecer espacios a artistas emergentes. Actualmente, es cofundadora de la compañía de danza-teatro Cia. L’abocador y coordina el proyecto de gestión y creación poética-escénica Las Sin Rostro.

IG: https://www.instagram.com/aslemor/

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