.no hay una manera hermosa de decir esto

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Untitled (Evergreen and Moths) 2022-Fotografía: Amanda Tinker

«No hay una manera hermosa de decir esto.
Estaba lloviendo. No les voy a contar
cómo el cielo gris se desplegaba
como una rosa sombría,
cómo el aire brumoso suavizaba
todo lo oscuro y yermo.
Estaba lloviendo.
Y resbalé. Y cuando me caí, me dolió.
Mucho. Pero me levanté. Me levanté.

Durante años, he huido
de esta ira.
Esta noche dejé de correr,
dejé que la ira me atrapara,
dejé que ardiera en mí
una conflagración salvaje,
me aterrorizó,
y luego la vi irse.
Por primera vez en años,
no estoy corriendo.
Qué quieto está.
Lo que sea que se haya convertido en cenizas
no era esencial.
Lo que queda es tan crudo,
tan hermoso.

Porque no hay instrucciones claras,
sigo las que se me van ocurriendo:
Te quiero cada vez más.
Miro fotos viejas.
No miro fotos viejas.
Hablo de vos. No digo nada.
Camino. Me siento. Me acuesto en el pasto
y dejo que la tierra me sostenga.
Me acuesto en la vereda.
Me disuelvo en el cielo. Lloro. No lloro.
Le pido al mundo que me ayude a permanecer abierta.
Le pido de nuevo: por favor permití que pueda sentirlo todo.
Amo más profundamente a las personas que todavía están vivas.
Me enamoro más profundamente del mundo que queda,
éste mundo, con su primavera, sus guerras, sus mañanas,
éste mundo con sus frutas maduras y pasadas,
éste mundo que insiste en que mantengamos nuestros ojos abiertos,
éste mundo que se abre cuando tenemos los ojos cerrados.
Porque no hay instrucciones claras,
aprendo a inclinarme hacia el amor que está aquí presente,
aunque a veces, lo que está presente es lo que está ausente.
Hay infinitas maneras de hacer esto bien.
Esa es la única manera.

Si pudiera retroceder en el tiempo
y ofrecer un consejo a mi yo más joven,
no lo haría.
La dejaría fallar de nuevo.
La dejaría vacilar. La dejaría perder.
La dejaría tropezar,
forcejear y estrellarse.
Pero me acercaría más
y le haría saber
que estoy profundamente enamorada de ella.
Ahora es tan fácil darle esto,
esta autocompasión que florece,
esto que ella creía que
era imposible.»

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«Ahora entiendo por qué el dolor
es como un hongo,
por qué prospera en condiciones de oscuridad.
Por qué brota directamente
de lo que está muerto.
Qué curioso cómo surge y se despliega
floreciendo espontáneamente
en un reino propio.

Como un hongo,
la mayor parte del dolor nunca se ve.
Crece y se expande debajo de todo.
A veces permanece latente durante años.

El dolor, como un hongo,
puede ser casi insoportablemente hermoso,
incluso exótico, delicado, velado,
puede tener cualquier forma y color.
Me acerco más y
como un hongo, el dolor,
me pide que viaje a regiones
de sombra y penumbra.
Estoy asombrada por lo que encuentro:
misterio, abundancia, asombro.

Como un hongo, el duelo
puede ser tremendamente generativo.
No todo crecimiento tiene lugar
en la luz.»

-Rosemerry Wahtola Trommer

*El micelio es el conjunto de hifas que forman la parte vegetativa de un hongo, que se expande por debajo del suelo creando una red de conexión entre todas las especies vegetales, algo así como la red de internet, que les permite no solo comunicarse, sino que además cuidarse, protegerse, alimentarse y abastecerse de agua. Cuando se tala un árbol del bosque, este micelio comunica al resto de los árboles que uno de ellos está agonizando, y los demás, a través del micelio, comienzan a cuidar el tronco que queda para tratar de salvar esa vida. Lo alimentan, le dan agua y lo protegen. Porque ese tronco moribundo es parte de la familia del bosque.

Sobre la fotógrafa:

En su proceso, Amanda Tinker utiliza grandes cámaras analógicas y del siglo XIX.

Técnicas fotográficas como una forma de organizar la naturaleza y sus pequeñas bellezas en configuraciones en capas.

Utiliza el jardín privado y todo lo que contiene para explorar el equilibrio entre la creatividad humana y el propio impulso de la naturaleza.

-Fotografía: Amanda Tinker

Dice Amanda:

«En «esta serie de fotografías»Small Animal» , organizo detalles del mundo natural recopilados del jardín familiar, libros infantiles y guías de identificación antiguas. Cada fotografía mira el mundo natural como si estuviera solo para nuestra observación, suspendido lejos de cualquier paisaje reconocible. Las pequeñas bellezas de la naturaleza, como pájaros, mariposas, ramitas y pétalos, se convierten en objetos de contemplación, organizados en configuraciones en capas.

La cámara de visión de 8×10” utilizada para tomar estas fotografías influye mucho en el trabajo. La pieza de cristal bastante grande en la parte posterior de la cámara, donde se compone cada imagen antes de la exposición, ofrece inspiración. Es una pantalla de proyección para mi interés por la historia temprana de la fotografía, particularmente como herramienta para estudiar la naturaleza. Uno puede imaginar una era justo antes de los albores de la fotografía en la que las vistas de la naturaleza se agitaban en el cristal de una cámara oscura. La naturaleza se había transformado a través de dispositivos ópticos dando paso a una vista diminuta; el paisaje en una escala más pequeña e íntima. Este proyecto, situado en el siglo XXI, refleja una experiencia más ambivalente, si no distanciada, del mundo natural.»

 

Winter_Wreath 001-Fotografía: Amanda Tinker

 

«La cámara de visión de 8×10” utilizada para tomar estas imágenes también sirvió de inspiración desde el principio porque tiene la capacidad de enfocar pequeños detalles más allá de nuestra percepción. La superficie del vidrio esmerilado en la parte posterior de la cámara, donde se componen las imágenes, difunde la luz y crea un efecto brillante. Me permitió pensar en cómo los primeros fotógrafos se conectaban con el mundo natural a través de dispositivos ópticos, capturando el paisaje en una escala más pequeña e íntima. El acto de mirar la naturaleza, a través de la cámara de gran formato, es una experiencia que intento recrear una y otra vez en mis imágenes.»

Fotografía: Amanda Tinker

«Trabajo de manera muy formal y llevar objetos del jardín o del paisaje circundante a la casa me da una manera de reducir el ritmo y tener control sobre la disposición. Estas imágenes ofrecen una fantasía de la naturaleza. Diferentes elementos, algunos reales y otros artificiales, están dispuestos juntos, pero obviamente no los encontrarías juntos en la naturaleza y no en estas configuraciones.

Me inspiro en el “ramo imposible” de los bodegones holandeses, donde flores, insectos y animales que nunca se encontrarían juntos en la naturaleza, ni siquiera florecerían al mismo tiempo, están pintados juntos en suntuosas matrices. Son ilusiones generadas desde la vida pero también desde la imaginación. Esta intersección impulsa mi propio trabajo, permitiéndome unir los componentes de cualquier forma que imagine.»

 

Fotografía: Amanda Tinker

«Más allá de la belleza de estos delicados especímenes, intento comunicar la idea de que las plantas son sujetos valiosos: en el arte, en la ciencia, en nuestras vidas. Particularmente en este momento, nuestra relación con las plantas, o cómo pensamos sobre los aspectos más pequeños de la naturaleza que nos rodean, puede indicar algo sobre nuestra relación con la naturaleza en general.»

 

Fotografía: Amanda Tinker

«La forma en que se incluyen las figuras comunica una visión ambivalente, si no distanciada, de nuestra relación con el mundo natural. Para mí, las figuras no están muy seguras de qué hacer con la naturaleza que se les presenta, y tal vez estén mirando el mundo natural desde nuestra perspectiva, con una sensación de asombro e incertidumbre.»

 

Fotografía: Amanda Tinker

 

«Me inspiro en la fotografía del siglo XIX, especialmente en las primeras décadas, porque muchas de las imágenes de esa época tienen la sensación de un primer descubrimiento. Había un profundo deseo de catalogar todo lo que hay en la naturaleza y mostrarnos la naturaleza de una manera nueva y sorprendente.

Tanto Anna Atkins como William Henry Fox Talbot fueron maravillosos ejemplos de esta tendencia. Particularmente Talbot que se interesó por la magia del proceso y la calidad estética de las imágenes, refiriéndose a las imágenes como “un poquito de magia realizada”. Las fotografías apelaban a su imaginación e incluso a su romanticismo. En la realización de la imagen había la sensación de que algo milagroso estaba sucediendo»

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