
(Creo que ambos establecen charlas en otros planos)
«-Maestro Borges, usted habla de laberintos. Yo me perdí en varios, pero por amor.
– El amor también es un laberinto, Cabral, solo que sus muros no son de piedra, sino de espejos.
-Y de espejismos. A veces queremos amar y lo que hacemos es llenar un vacío.
-Eso es común. El alma humana detesta el silencio, por eso lo llena con palabras, con gente, con ruido
-…o con canciones. Pero, ¿sabe qué? En el fondo el silencio tiene razón.
-Sí, en el silencio está el infinito y el infinito, como usted sabe, es ilegible. Por eso escribimos, para acercarnos a lo inefable, aunque sepamos que es imposible.
-Usted lo escribe, yo lo canto, pero ambos andamos detrás de lo mismo.
-¿Y qué sería eso?
-La belleza de estar vivos, aunque no entendamos nada. Como dijo usted, no hay consuelo más elegante que la incomprensión.
-¿Lo dije yo?.
-Si no lo dijo, seguro lo pensó.
-A veces pienso que no soy el autor de mis frases, son otros que hablan a través de mí. Es como si los libros me escribieran a mí y no al revés.
-Es que usted es un puente y los puentes no caminan, dejan pasar.
-Esa imagen es suya, es hermosa.
-Gracias, pero también me la prestó el viento.
-Cabral, ¿usted cree en Dios?
-No creo, lo escucho. Cuando hay silencio y hambre de verdad, habla clarito. ¿Y usted cree?
-Dudo, pero la duda es una forma de fe, menos arrogante.
-La fe sin preguntas es ciega. La suya, en cambio, mira…
-Con los ojos cerrados.
-Maestro, yo me voy. La vida me llama por los caminos. ¿Quiere que le cante algo antes?
-Cánteme en silencio.
-Eso hago siempre, Borges, pero a veces me sale con guitarra…»
«No soy de aquí
ni soy de allá. No tengo edad
ni porvenir y ser feliz.
Es mi color
de identidad…»
Borges:
» Bueno, Yo estaba por despedirme de Europa y despedirme de Casino estuvo la impresión de que me despedía de todas las bibliotecas de Europa porque él parecía haber leído todos los libros, creo que ya había 17 idiomas.
Me da la impresión de ser todas las bibliotecas, de ser todos los idiomas y todo es una vida dedicada a la literatura. Yo recuerdo que había publicado un poema dedicado al mar.
Qué hermoso poema. Sí, le gustaba conservar su dejo andaluz.
Nunca había visto el mar…»


