.pintar con Luz.pintar con Luz

Querido Louis…
Creo, no te alcanzarìan los ojos para mirar la maduraciòn del estilo, el valor y la huella descomunal que alcanzò a travès del tiempo, el Arte que acunaste, mejorando los primeros pasos que ya habia dado Don Joseph Nicéphore.
Dejaste una impronta imborrable.


La primera.


Capaz de fijar una simple imagen de una càmara obscura por acciòn de la propia luz.


Fuè el 19 de agosto de 1839 y ese «Pintar con luz» primigenio, llevarìa tu nombre: Daguerrotipo.


Te debemos mucho, querido Louis.


Entre bromuros de plata o pixeles digitales, los de entonces, los de ahora, y los de mañana, abrazamos con pasiòn desenfrenada esta manera bella de comunicarnos con el mundo.
Pintar con luz.
Exponiendo nuestra sensibilidad a flor de piel.
Y al hacerlo, obturamos sueños y revelamos orgàsmicamente, la profundidad del ser.
Si.
En cada clic, renacemos.
Es trabajar con el corazòn en la mano, donde la mirilla es un templo sagrado, un lugar sanador.
La pimienta que ensalza la vida.
El vuelo.
El vèrtigo y la paz.
La risa y el llanto, al mismo tiempo.
El silencio hondo del alma.
Pintar con luz.
Por Todo Eso, Gracias Louis.

Gabi

 

2 Replies to “.pintar con Luz”

  1. Toda la historia de los primeros dias de la fotografia, en una sentida carta. En este mundo lleno de letras en una pantalla electronica, en este mundo lleno de botones que permiten escribir todo perfecto y sin que se vea una palabra tachada y la siguiente corregida, quizas seria bonito apretar uno de esos botones y volver atras. Un viaje en el tiempo, aterrizando en una oscura habitacion, llena de olor magico, acido, convirtiendolo todo lo que se ve en un rojo violento. Un viaje que nos haga siempre felices de ver, esa magia, ese instante en que la respiracion se detiene mientras una imagen se deja ver tenuemente en un papel blanco debajo de un liquido transparente…
    En un mundo lleno de avanzada tecnologia, seria lindo volver a ser chicos. Volver a pintar con luz…
    no?

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    1. La respiración se detiene.
      Y el corazón se acelera.
      Esa foto, es la exacta, que sentí, la primera vez que entré, a esa mágica y oscura habitación al principio, pero que luego todo se fué haciendo más y más nítido.
      Cuando al mecer de ese líquido alquimico, infinitas escalas de grises se iban pintando de luz, la cubeta sentí cobraba vida propia.
      Fué la primera vez que temblé.
      Y gracias a Dios hubo segundas y terceras veces.
      Y el rito se repetia como una emoción pristina cada vez.
      Y yo extraño mucho ese templo sagrado.
      Quisiera volver a pintar a pintar con luz…

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