Grita para sacarlo de ti,
dale exilio para que vuelva
a ser camino y voz.
Echalo de ti como pájaro
que vuela de cuerpo en cuerpo.
No temas estar loco y
toca el tambor en esos
patios vacíos de silencio.
Argumenta la lucha y denuncia
a la fijación que propuso el tiempo
para alejarte de la Vida.
Camina descalzo por estos patios
y háblale a las sombras que te miran
en las galerías de la noche.
Sólo toca este tambor
tan fuerte como puedas,
y deja que se enciendan los fuegos
para dar a luz la Buena Nueva.
Míralos en los balcones
cómo te saludan, tratando
de decir esa palabra crucificada
y víctima de la repetición.
Esta palabra que como un sol
se mantuvo inevitable,
como dolor y maravilla,
como canción de multitud.
Pero eres mudo, por eso
sólo toca tu viejo tambor
de guerra, desnudo y descalzo
como un loco enamorado
en estos Desiertos de la Vida…»
Awankana


Estoy oyendo la bonita música, después de leer tan bello poema. ¿Cómo puedes tener tiempo para poner tantas cosas y tan increíbles?
!Muchísimas gracias! Es una delicia pasar un rato por tu blog.
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gracias! esto es sólo una bitácora donde «cuelgo» cosas que me emocionaron
y también un recordatorio, para volver a ver, en los dias de tormenta.
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