Oréade
Mar, agítate.
Agita tus pinares puntiagudos,
lanza tus enormes pinos sobre
nuestras rocas;
echa tu verdor sobre nosotros,
cúbrenos con un fangal de abeto.
Jardín
I
Tú eres clara, rosa,
tallada en roca, dura
como tormenta de granizo.
Podría escarbar el color
de los pétalos como
tinte desaguado de una roca.
Si pudiera quebrantarte
yo podría quebrantar un árbol.
Si pudiera sacudir
si pudiera quebrantar un árbol,
yo podría quebrantarte.
II
Oh viento, desgarra el calor,
raja el calor,
desgárralo en jirones.
La fruta no puede caer
con este aire tan denso.
No puede caerse al calor
que estruja y desnariga
las puntas de las peras
y redondea las uvas.
Corta el calor,
labra sobre él
deshaciéndolo a ambos lados
de tu camino.
-H.D. (Hilda Doolittle). ( Collected poems 1912 – 1944, New Directions Books, 1983)
¡Ohhh, belleza! Recorrer estas páginas es caminar por senderos de bosque encantado, Gabi.
Me gustaMe gusta
Gracias mi querida Vero!
Es que la vida, con poesia, es ciertamente, mucho más bella transitarla.
Me gustaLe gusta a 1 persona