.les deux guitares

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«Acabo de tomar una decisión.
Decidí convertirme en un individuo excéntrico que produce un arte que los seres humanos normales y no perceptivos simplemente no apreciarán.
Ocuparé mi tiempo tocando un violín viejo y polvoriento, y produciré lienzos que todos los demás pasarán.
Un par de mujeres pasarán por mi vida, me robarán el corazón y alimentarán mi pasión para producir objetos de belleza y sonidos que no apreciarán ni reconocerán el amor que hay detrás de ellos, ni nadie más, excepto mi médico, que  desempeñará sin éxito  intervenciones para tratar mi alcoholismo terminal, o mi anciana abuela gitana armenia, que tuvo un derrame cerebral y la dejó paralizada.
La vida para mí será un ejercicio de amor no solicitado, la belleza que casi nadie más puede ver, y el amor y la soledad de lo que producen mis manos.
Moriré en la pobreza extrema con un cigarrillo en la boca, en una aldea portuguesa empobrecida, probablemente por complicaciones de neumonía.
En este punto, mi cabra y las gallinas que fueron mis constantes compañeras hasta el final tocarán mi cadáver y se preguntarán por qué no les he preparado el desayuno. Años más tarde, las personas ricas que pudieron haber sido mis clientes, a quienes nunca conocí, las personas de gusto refinado, criadas con vino y música real lucharán por mis lienzos en una subasta y pagarán precios que serían suficientes para financiar la construcción de hospitales.
Mi vida será un lamento para el amor y la belleza que casi nadie puede sentir y la tragedia que nos regalamos con personas de vez en cuando que tratan de mostrarnos que el arte real siempre te dejará con una lágrima en el ojo o con un bulto en tu garganta.
Momentos antes de la muerte podemos darnos cuenta verdaderamente de lo que nos perdimos: los artistas que intentaron decirnos qué es lo que nos importa, los niños con los que no pasamos tiempo y la esposa que nos dejó porque estábamos demasiado ocupados trabajando.
Al tratar de ganarse la vida perdimos la vida.
Perdimos los fines en los medios…»
-Autor Desconocido

 

Publicado por Gabriela Dakoff

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