Foto: Gabi Dakoff©
« Si puedes mantener la cabeza cuando todo se trata de ti.
Están perdiendo los suyos y culpándolos a ustedes;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos los hombres dudan de ti,
Pero también tengas en cuenta sus dudas;
Si puedes esperar y no estar cansado esperando,
O, siendo mentido acerca de, no lidiar con mentiras,
O, siendo odiado, no cedas al odio,
Y sin embargo, no te veas tan bien, ni hables demasiado sabio;
Si puedes soñar, y no convertir los sueños en tu amo;
Si puedes pensar, y no convertir tus pensamientos en tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre.
Y tratar a esos dos impostores de la misma manera;
Si puedes soportar escuchar la verdad que has hablado.
Torcido por cuchillas para hacer una trampa para los tontos,
O mira las cosas a las que diste tu vida,
Y agáchate y constrúyelos con herramientas gastadas;
Si puedes hacer un montón de todas tus ganancias
Y arriesgalo en un turno de lanzamiento y lanzamiento,
Y pierde, y comienza de nuevo en tus comienzos.
Y nunca respires una palabra acerca de tu pérdida;
Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones.
Para servir tu turno mucho después de que se hayan ido,
Y así aguanta cuando no hay nada en ti.
Excepto la Voluntad que les dice: “Espera”;
Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud,
O camina con los reyes, ni pierdas el toque común;
Si ni los enemigos ni los amigos que te aman pueden hacerte daño;
Si todos los hombres cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el minuto implacable
Con sesenta segundos de distancia recorrida …
Tuya es la tierra y todo lo que hay en ella.
Y, lo que es más, ¡serás un hombre, hijo mío! »
-Rudyard Kipling, (1865 – 1936)