Arte: James R. Eads

“He visitado la casa de James Joyce en Dublín, las casas de Franz Kafka en Praga.
Me he sentado en silencio al lado de Samuel Beckett y Marguerite Duras en el cementerio de Montparnasse.

También estuve celebrando con Julio Cortázar los cincuenta años de Rayuela, brindamos con vino y luego dejé la botella sobre las marcas de tiza dibujadas en el suelo.
Hice un viaje especial para ir a ver a Albert Camus en Lourmarin, junto a la lápida que señala las dos fechas más importantes de su vida: 1913-1960.
«Cuarenta y siete años, nada más» dije, como si le echara en cara que nos hubiera dejado. Me repitió que «perder la propia vida es una nimiedad, pero perder el sentido de la vida, ver cómo desaparece nuestra lógica, es insoportable. Es imposible vivir una vida sin sentido».
‘Me quedo con ustedes’, es el epitafio que escribió Jean Cocteau antes de reunirse con su amiga Édith Piaf, que hacía sólo unas horas se había ido para siempre.
Fui también a Larache para ver el lugar donde por fin descansaba ‘la bomba Genet’, como lo llamaba Cocteau.
Lo sorprendí mirando el mar en el cementerio español y su ausencia me sugirió la belleza de los hundidos.
Nací y pasé la infancia y adolescencia en el mismo piso bajo de calle Muntaner en el que compartieron taller Santiago Rusiñol y Enric Clarasó, desde entonces me visitan los fantasmas en mi casa de Málaga.
Me levanto en medio de la noche y me cruzo por el pasillo con Eleonora Duse, Isaac Albéniz, Amadeu Vives, Maragall, Ramón Casas, Joan Cerdá, Sánchez Ortiz, y muchos artistas más que estuvieron en las mismas habitaciones que yo habitaría algo más de medio siglo después.
En el taller de sastre de mi padre, Rusiñol no pintaba nada, necesitaba estar al aire libre.
La memoria regresa en cuerpo y alma.
No sé por qué esta obsesión por citarme a solas con los que no están.
Sigo evocando las marcas de los besos sobre el recuerdo de Oscar Wilde en el cementerio de Pere Lachaise, cuando aún no estaba el cristal que hoy lo protege, como si la devoción y el amor fueran una peligrosa epidemia.
Wilde se fue casi a la misma edad que Camus.
Una mujer me acompañó a ver a Lezama Lima en la necrópolis de Colón en La Habana.
Lo encontré solo con su familia, apartado del mundo; al contrario que Alejo Carpentier.
Viajé a Cuernavaca siguiendo los pasos de Malcolm Lowry y brindé por él con tequila y mezcal en las cantinas por las que anduvo buscando lo que nunca consiguió encontrar.
Y también en México fui a visitar al amigo más íntimo, Juan Rulfo, el hombre ensimismado que me enseñó a dialogar con los fantasmas.
No veía cosas de aquí, veía cosas de otra parte.
Me dijo que nadie ha recorrido el corazón de un hombre.
Fui con él a Comala y estuve con los vivos y los muertos, como todos estamos siempre, a veces sin darnos cuenta”.

-José Antonio Garriga Vela

Arte: James R. Eads

Hago una cita para el golf, y puedes apostar tu vida a que llueve
Trato de dar una fiesta, y el tipo de arriba se queja
Supongo que pasaré por la vida resfriándome y perdiendo trenes
todo me pasa
Nunca me pierdo nada, he tenido sarampión y paperas
Y cada vez que juego un as, mi compañero siempre triunfa.
Supongo que solo soy un tonto, que nunca mira antes de saltar
todo me pasa
Al principio, mi corazón pensó que podrías romper esta maldición por mí.
Que el amor convertiría el truco para acabar con la desesperación
Pero ahora no puedo engañar a esta cabeza que piensa por mí
He hipotecado todos mis castillos en el aire
También telegrafié y llamé y envié un especial por correo aéreo.
Tu respuesta fue adiós y hasta hubo franqueo pendiente
Me enamoré una sola vez, y luego tuvo que ser contigo
todo me pasa
Telegrafié y llamé, también envié un correo aéreo especial
Tu respuesta fue adiós y hasta hubo franqueo pendiente
Me enamoré una sola vez, y luego tuvo que ser contigo
Todo me pasa a mi

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I make a date for golf, and you can bet your life it rains
I try to give a party, and the guy upstairs complains
I guess I’ll go through life, just catching colds and missing trains
Everything happens to me
I never miss a thing, I’ve had the measles and the mumps
And every time I play an ace, my partner always trumps
I guess I’m just a fool, who never looks before he jumps
Everything happens to me
At first, my heart thought you could break this jinx for me
That love would turn the trick to end despair
But now I just can’t fool this head that thinks for me
I’ve mortgaged all my castles in the air
I’ve telegraphed and phoned and sent an airmail special too
Your answer was goodbye and there was even postage due
I fell in love just once, and then it had to be with you
Everything happens to me
I’ve telegraphed and phoned, I sent an airmail special too
Your answer was goodbye and there was even postage due
I fell in love just once, and then it had to be with you
Everything happens, to me

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