
«El durazno que despedazamos en el árbol
tratando de bajarlo con un palo.
El jugo que chorreaba
parecía maná,
miel y leche cayendo del cielo.
Así de sencillos son los milagros;
a veces hay que darle de palos a algo
en su centro tierno,
a veces hay que ver como chorrea
su dulce corazón
aunque no se llegue a tiempo
a abrir la boca,
ni podamos quitarnos
del cuerpo su rastro,
ni su olor.»
-Mariana Rosa

Qué hermoso..!
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Gracias…….!!!!! 🙂
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