Credits: Misha
«Caminar sin rumbo
descuidado y seguro,
caminar solo por las colinas
no me fue nunca fácil.
O arrojaba al aire
una hoja, una ramita,
cuya caída pudiese ser profética
apuntando «ahí»,
o bien, supersticioso,
me desviaba apenas
de una segura dirección
pero sin extraviarme,
o empezaba a subir
la cuesta que otras veces
eludía sin rumbo
o no había eludido,
o llamaba de acompañante
a un fantasma sin ojos
siguiendo su no rumbo
hasta que mis pies me perdían.»
–Robert Graves («Cien poemas«)