“Yo soy aquella mujer que escaló la montaña de la vida, removiendo piedras y plantando flores”
-Cora Coralina
Cora Coralina (Illustration by ©Elenia Beretta)
“Había una vez una niñita llamada Cora que vivía en una casa sobre un puente y sabía que había nacido para ser poetisa.
Sin embargo, su familia no estaba de acuerdo. No querían que leyera libros ni querían enviarla a estudiar bachillerato. Creían que la responsabilidad de Cora era conseguir un buen marido y criar una familia.
Cuando creció, Cora se enamoró de un hombre con el que se casó. Se mudó con él a la gran ciudad y tuvieron cuatro hijos. Cora aceptó toda clase de trabajos para asegurarse que sus hijos pudieran ir a la escuela.
La vida de Cora era agitada, pero nunca se olvidó de que había nacido para ser poetisa. Por lo tanto, todos los días se sentaba a escribir.
A los sesenta años, volvió a escribir en la casa sobre el puente. Decidió que era hora de iniciar su carrera como poetisa. Como todavía necesitaba dinero, empezó a hornear pasteles afuera de su casa junto con sus poemas.
Otros poetas y escritores empezaron a alabar la poesía de Cora. Ganó poemas y medallas y, cuando cumplió setenta y cinco años publicó su primer libro.
Periodistas de todo el mundo la visitaban para entrevistarla mientras ella horneaba. Cuando se iban, ella regresaba a su escritorio y se ponía a escribir de nuevo, rodeada de los exquisitos aromas de tartas, galletas y pasteles…”
-Cora Coralina (20 de agosto de 1889/10 de abril de 1985, Brasil, de “cuentos de buenas noches para niñas rebeldes”©)