«Le atribuyo mi éxito a que nunca di ni acepté ninguna excusa»
-Florence Nightingale
Florence Nightingale (Illustration by ©Dalila Rovazzani).
«Había una vez una pareja inglesa que estaba viajando por Italia cuando dió a luz una niña. Decidiero ponerle a la niña el nombre de la hermosa ciudad en la que nació, asi que la llamaron Florence. A Florence le encantaba viajar, amaba las matemáticas y la ciencia, y le fascinaba almacenar información. Siempre que viajaba a algún lugar nuevo, anotaba cuántas personas vivían allí, cuántos hospitales había y qué grande era la ciudad.
A Florence le encantaban los números.
Cuando creció, estudio enfermería y se volvió tan buena que el gobierno la envió para dirigir un hospital para soldados heridos en Turquía.
Tan pronto llegó ahí, comenzó a recopilar y examinar toda la información que pudo reunir . Descubrió que la mayoría de los soldados no morían no morían por culpa de las heridas, sino por las infecciones y enfermedades que contraían en el hospital.
-Lo primero que se necesita en un hospital es no hacer más daño al enfermo -decía.
Se aseguró de que todos los que trabajaban allí se lavaran las manos con frecuencia y mantuvieran todo limpio. Por las noches, llevaba consigo una lámpara cuando visitaba a sus pacientes, y hablaba con ellos para infundirles esperanza.
Gracias a ella, muchos soldados volvieron a salvo a casa, y por eso comenzó a ser conocida como la Dama de la Lámpara.»
-Florence Nightingale (12 de mayo de 1820/13 de agosto de 1910, Reino Unido,de «cuentos de buenas noches para niñas rebeldes»©)