
“Tu penar por los que has perdido eleva un espejo
Hasta donde estás trabajando con ahínco.
Esperándote lo peor, miras en él y, en cambio,
Te encuentras con el alegre rostro que tanto deseabas ver.
Tu mano se abre y se cierra, se abre y se cierra.
Si siempre fuera un puño o siempre estuviera abierta,
Sería porque estarías paralizado.
Tu presencia más profunda está en cada pequeña contracción
[y expansión,
Ambas con el hermoso equilibrio y bella cordinación de las alas
[de un pájaro.”
-Alas de pájaro, Rumi