
«“¡Una ballena muerta hay en la playa!”
Y los chicos que corren
y la gente que va a mirarla
bajo un cielo que vaga
tan enorme como ella…
tan distante y tan improbable
como increíble y perfecta.
.
Una ballena muerta hay en la playa
y las olas no la saben.
Nadie hay para entenderla,
ni siquiera defenderla
de la mano procaz y las miradas.
.
El mar la había soñado al filo de la noche
mientras dormían en profunda oscuridad
nuestras mitades de dioses y de bestias,
que hacen ver, hoy, a nuestra muerte
harta de siglos, metáforas y estrellas.
.
Somos -nosotros y la ballena-
aquel nombre por el que Dios sonríe
ante aquella muerte montañosa y oscura
que yace solitaria
ante la noche que crece,
ante la gente que se va,
que comenta y que se ríe…
.
La gigante duerme sola con su muerte
e ignora que la noche que la inunda
es un monstruo de abismos…
un espejo de soledades…
que la noche es otra ballena
mansa, improbable,
increíble y perfecta.»
-Horacio Ramírez (Poeta contemporáneo argentino)
Facebook: https://www.facebook.com/horacio.ramirez.948