Arte: Maya Beano

«Comprende
esta palabra
en el oído
de tu alma
que sólo resuena


porque ha
cesado

Cómo
hablaros
del
otoño
cuando tengo todavía
en el oído esa
agria flauta de la primavera
que me llena la boca
de agua

La
tela
del mundo
con tanto tiempo que
hace que se usa qué
curioso que no
tenga
agujeros

La
rosa
no es más
que
la forma por un instante en alto
de lo que el corazón
llama por lo bajo sus
delicias.»

-Paul Claudel

Arte: Maya Beano

«Simplemente Claudel o la explosión del genio.
Uno de esos creadores que parecen justificar y agotar una lengua.
Poderosas obras dramáticas que se apoderan del espectador —cualquiera que haya leído «Partición del Mediodía» así lo sabe— con la violencia embriagadora del viejo Esquilo.
Odas que fluyen para siempre como una inacabable lava ardiente: versos que no le deben casi nada a nadie.
Pero el incomparable sinfonista sabe, de pronto, para nuestra delicia, volverse el más sutil de los músicos de cámara.
Las cristalinas «Conversaciones en el Loir-et-Cher» de su vejez, dan de ello testimonio elocuente; o cierta página de una casi insoportable belleza que escribió sobre su hermana; o estas frases para abanicos de una tenue, casi impalpable, delicadeza que el poeta trajo al regreso de ese Oriente que no dejó nunca de contemplar con ojos lúcidos, interrogadores y admirativos.
¿Puede un poeta ser embajador de Francia? La estúpida pregunta surgió en medio de una áspera polémica con los surrealistas.
¿No puede, acaso, un poeta ser ladrón y malviviente cuando se trata de un muchacho de París que se llama François Villon?
¿No puede ser embajador cuando se llama Paul Claudel, o  Saint-John-Perse o Rubén Darío?
¿No puede ser un maravilloso dandy que camina por la ciudad, que en nada ocupa sus días y que sueña, cuando se llama Baudelaire o Barbey D’Aurevilly?
O puede que sólo sea un hombre gris, ni ladrón, ni embajador, ni dandy.
Simplemente un hombre.»

El poeta francés Paul Claudel (1868-1955) escribió «Cent phrases pour éventails» («Cien frases para abanicos»), un libro de haikus en el que trabajó con pintores japoneses como Tomita Keisen (*) .

Los 172 poemas que componen «Cien frases para abanicos», en japonés «Hyaku sen chô», fueron escritos durante los años que vivió en Japón como embajador entre 1921 y 1927.

Via: http://www.eldigoras.com/

(*) Tomita Keisen

2 Replies to “.haikus para abanicos”

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