«No soy más diestro con las notas que muchos pianistas.
Pero las pausas entre las notas, ah, ahí es donde reside el verdadero arte.»
-Artur Schnabel
«Un nocturno para piano de Chopin no sonará igual si lo toca un principiante qus i lo hace un virtuoso.
Ello es debido a que uno de los dos pianistas ha dispuesto de toda una vida para practicar y aprender dónde hacer las pausas para que las notas se tiñan de pasión.
Lo mismo ocurre con el concierto de nuestras vidas.
Cada una de las notas debe aprenderse y practicarse antes de practicar la armonía.
Y, por encima de todo, debemos aprender a hacer las pausas.
La armonía es la cadencia interior de la dicha que sentimos cuando la melodía de la vida está a tono.
Cuando de alguna forma somos capaces de tocar la tecla adecuada, de equilibrar lo que nuestras familias esperan de nosotros y nuestras responsabilidades en el mundo, por una parte, y nuestra necesidad interior de crecimiento espiritual y expresión personal, por otra.
Éste es uno de los retos más difíciles a los que nos enfrentamos porque nos exige tener que tomar decisiones todos los días.
Normalmente, cuando las distracciones de la vida cotidiana menguan nuestras energías, lo primero que eliminamos es lo que más necesitamos: tiempo para reflexionar, tiempo para soñar, tiempo para pensar, tiempo para contemplar lo que funciona y lo que no, para poder cambiar a mejor.
En el camino hacia la alegría y el bienestar empezamos a saber cómo hacer pausas.
A medida que incorporamos la gratitud, simplicidad y orden a nuestras vidas, surge la armonía.
Aprendemos a equilibrar las exigencias y los placeres, los momentos de soledad y la necesidad de compañía, el trabajo y el juego, la actividad y el descanso, la mujer interior con la envoltura exterior.
Hoy, intenta disminuir el ritmo.
Concibe el día como si fuera un adagio -una melodía interpretada fluída y grácilmente-. Escucha la música que calma y edifica tu espíritu.
Y mientras escuchas, haz una pausa para considerar cómo todas las notas converguen armónicamente para expresar el conjunto de la partitura.
Así ocurrirá con tu mundo.
De la mano de la armonía, ten fe en que tus momentos cotidianos no tardarán en componer una rapsodia de deseos cumplidos.»
-Sarah Ban Breathnach
Mariposadel67 
Muy sabias reflexiones, pausas, que solemos ignorar en esta sociedad de las prisas el rendimiento y la eficacia.
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Las imágenes maravillosas, millones de mariposas que hacen aún más bello el paisaje, junto a esa música que parece provenir directamente del paraíso. He disfrutado muchas veces La Barcarola de Offenbach en las voces supremas de Elina Garanca y Anna Netrebko, insuperable.
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Debe de ser un eden ese lugar en Mexico! Alli donde migran millones de mariposas!
Gracias, Ramon por tu aporte!
Gabi
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