Fingal O’Flahertie Wills Wilde y Alfred Douglas
Durante su cautiverio escribió una bella carta a Bosie, De Profundis, que terminaba así:
«Viniste a mí para aprender el Placer de la Vida y el Placer del Arte. A
caso se me haya escogido para enseñarte algo que es mucho más maravilloso,
el significado del Dolor y su belleza.
Tu amigo que te quiere, Oscar Wilde».
Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde (n. 16 de octubre de 1854, en Dublín, Irlanda, entonces perteneciente al Reino Unido – 30 de noviembre de 1900, en París, Francia) fue un escritor, poeta y dramaturgo irlandés. Wilde es considerado uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío; además, fue una celebridad de la época debido a su gran y puntilloso ingenio.
Hoy en día, es recordado por sus epigramas, obras de teatro y la tragedia de su encarcelamiento, seguida de su temprana muerte.
Alfred Douglas consideraba a Oscar Wilde como la representación del éxito, la brillantez y el mundo artístico.
Cuando se conocieron, Wilde no era muy atractivo, sin embargo, Oscar compensaba sus carencias con ingenio y una conversación brillante.
En 1891 se conocieron, Alfred apenas tenía 21 años mientras que Wilde 37.
Juntos exploraron el camino de la prostitución masculina en Londres durante la época victoriana.
Al respecto Oscar Wilde comparaba estas practicas con «cenar con panteras» aludiendo a su peligrosidad.
En alguna ocasión, uno de estos chicos, Albert Wood, se apoderó de algunas cartas que Wilde enviaba a Douglas y demandó una suma de dinero para devolverlas.
Alfred era un joven un tanto egoísta muchas veces propenso a las rabietas y otro tipo de escenas en público, las cuales irritaban a Oscar.
Además tenía ojos azules y cara de niño.
Incluso, absorbía la mayor parte del tiempo de Wilde y le imposibilitaba escribir.
Alfred Douglas a quien llamaban Bosie, había sido acusado de no corresponder al amor de Wilde, de quien aprovechaba su dinero y su generosidad.
De igual manera, Alfred lo quiso a su manera y quizás su único error fue ser demasiado joven.
La vida de Wilde no fue fácil, muchas veces parecía caminar hacia la autodestrucción, en el fondo vivía atormentado por su homosexualidad.
El escritor demandó en 1895 al padre de su amante, el marqués de Queensberry.
El marqués presentó pruebas referidas a la homosexualidad de Wilde (la cual era considerada un delito).
A raíz de ello, Oscar fue sentenciado a dos años de trabajos forzados por el crimen de sodomía.
Sin embargo, tuvo la oportunidad de huir a París cuando se supo que la sentencia le iba a ser desfavorable, pero, en contra de los consejos de sus amigos, no lo hizo.
Luego de tener varias novias, se casó en 1824 con Constance Lloyd a los 29 años, para ocultar su homosexualidad.
Su esposa era una mujer bella y leal que intentó por todos los medios comprenderle.
Con ella, tuvo dos hijos que la estropearon por lo que él empezó a sentir horror ante cualquier contacto y la convenció para que no tuvieran relaciones sexuales.
En 1886, la vida de Wilde cambió; le sedujo Robert Ross, un muchacho de diecisiete años que se convertiría en su amigo/amante incondicional hasta el final.
«El reflejo»
«Cuando murió Narciso las flores de los campos quedaron desoladas y solicitaron al río gotas de agua para llorarlo.
-¡Oh! -les respondió el río- aun cuando todas mis gotas de agua se convirtieran en lágrimas, no tendría suficientes para llorar yo mismo a Narciso: yo lo amaba.
-¡Oh! -prosiguieron las flores de los campos- ¿cómo no ibas a amar a Narciso? Era hermoso.
-¿Era hermoso? -preguntó el río.
-¿Y quién mejor que tú para saberlo? -dijeron las flores-. Todos los días se inclinaba sobre tu ribazo, contemplaba en tus aguas su belleza…
-Si yo lo amaba -respondió el río- es porque, cuando se inclinaba sobre mí, veía yo en sus ojos el reflejo de mis aguas.»
-Oscar Wilde