
Gabriela Mistral escribió a Manuel Magallanes Moure que fué a verle pero no lo consiguió. Su frase resulta premonitoria: «En la vida ¿me huirá Vd., a sabiéndas o ignorándolo, como anoche? ¿Es esto un símbolo?». Pues sí, porque aunque por carta sus afectos estuvieron parejos, cuando por fin se encontraron, él no supo corresponderla…
Gabriela Mistral a Manuel Magallanes Moure
23 de diciembre, 1914
«Manuel:
Fuí sólo por oírlo. No por oír mis versos (los había escuchado leer); no por aquello de los aplausos de una multitud (unos momentos sólo entre la multitud me hacen daño); por oírlo a Ud., por eso fuí.
¡Si al menos lo hubiera visto! Pero ni aún eso.
No saqué de esa noche sino que una frase de Ud. sobre mis sonetos me abriera de nuevo la llaga central de mi corazón.
Nada más.
En la vida ¿me huirá Ud., a sabiendas o ignorándolo, como anoche? ¿Es esto un símbolo?
Cuando yo vaya a su encuentro, ¿extenderé mis brazos hacia una sombra fugitiva?
Tengo amargura. Es mejor que no siga.
Escúcheme. Necesito de Ud. una carta sin las hipocresías que le prescribí para otra. Si no llegara pronto quién sabe qué cosas se me incubarán adentro.
¡Estoy esta noche tan extraña! No me reconozco. Un sueño de niño sano y puro para Ud., Manuel, en esta noche.»
-LUCILA
-LUCILA
Un día más tarde, después de recibir una carta de Manuel, ella volvió a escribirle. A pesar de que le prometía no volver a hacerlo, no cumplió su promesa y la correspondencia entre los dos arreció. Sin embargo, ella temía sobre todo el momento de mostrarse ante él. De todas formas, aquí este peligro todavía estaba lejos y ella trataba conquistarle mostrándole su alma… Decididamente, leyendo la carta uno se da cuenta de que aún en el momento de escribirla Gabriela Mistral pensaba abandonar su presa:
24 de diciembre, 1914
«Su carta me dejó sin voz, sin acción, hasta sin pensamiento; ¡A qué hondor, Dios mío, había llegado esto!
No será contestada. Mi anterior llevó palabras necias que, destinadas a acariciar, fueron a herir. ¿Por qué la escribí? Porque el destino lo quiso. Y esta última carta debió ser larga, tanto como esta amargura que vela a la cabecera de mi cama hace muchos días.
Manuel, yo rezaré por Ud. tanto por mí, es decir, mucho.
Adiós, hermano.
Por sus cartas, gracias; por lo que la última me ha desgarrado, gracias también.»
-LUCILA
-Selección de Alicia Mizrahi

Hermosa la carta y qué documento, el video. No conocia la carta…
Qué buen y merecido homenaje para el Capitan Scott… Gracias! 🙂
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