«La meditación es antigua y honorable, así que:
¿por qué no sentarme en la colina, cada mañana,
a mirar el mundo brillar? Ya que, si le prestamos
atención, el deleite, así como la calamidad,
son mera sugerencia. ¿Puede uno apasionarse
con lo justo, lo ideal, lo sublime, lo sagrado, y no
comprometerse a trabajar en su defensa? No lo creo.
Todas las sumas tienen un comienzo, todo efecto
tiene una historia, toda bondad comienza con
una semilla sembrada. Los pensamientos se abren
como capullos a la radiancia. El evangelio de la luz
es la encrucijada: indolencia, o acción.
Enciéndete, o desaparece.»
-Mary Oliver