.carta de Zoila Portuondo Guerra a Sylvia Plath

«Sylvia
Acércate… acércate, si quieres,
mas no entres.

Mi casa es frágil y quebradiza,
de junco y vidrio,
de agua y sal.
De diluvio.
En mi jardín, hay fragmentos de mí misma
—que no sé dónde encajar—
esparcidos cual hojas secas
por la voluntad del viento.
A veces, los dejo estar
(te confieso que no sé qué hacer con ellos)
y otras
intento componer un retrato:
trato de verme en ese espejo,
si no completa, al menos con rostro de acordeón.
A través de ellos, penetro en estancias desconocidas
para mí misma,
pero no me atrevo a llegar al centro, no sé que hay detrás…
Ando por los bordes, por las esquinas,
quizá buscando amaneceres.
Una luna partida en el agua,
desasosegada, como yo,
pálida, como mi savia,
trémula, como mis fuerzas,
se arroja desde lo alto de las escaleras.
(No sabe qué hacer… ni adónde ir…la pobre.)
Quizás anda tras la ruta de la poesía.
¿Quién sabe…?
No, Ted, no entres.
Acércate, si quieres,
sin hablar.
Contémplame de lejos,
como se mira un árbol de otoño
o una vela que desaparece en el horizonte
(pues eso soy).
Déjame estar,
déjame ser.
Si entras… será el fin,
y mi vida no ha comenzado…»
-Zoila Portuondo Guerra (dedicado a Sylvia Plath), 18-19, febrero, 2012

(Zoila es una poeta cubana que me compartió este hermosísimo ese poema, inspirada en un libro de poemas de ella y conmovida por su personalidad y su triste fin.

La vida de Sylvia se hizo película.

Acá pueden ver la última carta de su esposo Ted Hughes a Sylvia)