
«Si aquellos a quienes comenzamos a amar pudieran conocernos como éramos antes de conocerlos… podrían percibir lo que han hecho de nosotros.
Cuando el amor deja de ser trágico es otra cosa y el individuo vuelve a lanzarse en busca de la tragedia.
La traición responde a la traición, la máscara del amor responde a la desaparición del amor.
Para mí, el amor físico siempre ha estado ligado a un irresistible sentimiento de inocencia y alegría.
Así, no puedo amar con lágrimas sino con exaltación.
La pérdida del amor es la pérdida de todos los derechos, aunque uno los tuviera todos.
Aquellos que prefieren sus principios a su felicidad, se niegan a ser felices fuera de las condiciones que parecen haber atado a su felicidad.
No es humillante ser infeliz.
El sufrimiento físico es a veces humillante, pero el sufrimiento del ser no puede serlo, es la vida.
El fin de su pasión consiste en amar inútilmente en el momento en que no tiene sentido.
A veces me siento invadido por una inmensa ternura por estas personas que me rodean y que viven en el mismo siglo.
No he dejado de amar lo sagrado en este mundo.»
-Albert Camus