«Mi abuela volvió un verano y me dijo:
Estoy en el paraíso.
No sé si acostada o riendo, desnuda o vestida con los últimos inciensos de los sauces.
Estoy en el paraíso.
Navego con las aves de mi infancia.
Toco el sol de las primaveras y el nacimiento de la lluvia sobre el campo.
Estoy en el paraíso.
Soy el ángel que acaricia las flores de tu balcón, soy un ala entre tus labios, soy la que teje de madrugada en la silla de madera que te regalé.
Estoy en el paraíso.
Ve y dile a mis hijos, a los mansos árboles de mi pueblo, a los anillos que me dió la tierra, a los rostros y manos que besé, a la soledad de mi tumba, al triste corazón de mi ausencia.
Estoy en el paraíso.»
-Celedonio Torres Ávalos
Mariposadel67 