.ella està ahi.

«Ella està ahi.
Tendida en una cama.

Quizà sea de 4 estrellas o un cuadrado esterilizado y frio lleno de gente nerviosa, que entra y sale y dà indicaciones.

O tal vez sea un cuarto lleno de flores y una mano que la toma dulcemente y le dice «Vamos, hace lo que ya sabès».

O sea una cama conocida: la suya.

Con olores que salen de la ùltima comida que hizo o del sahumerio que prendiò para relajarse porque sabia que ese ùltimo sonido que salia de su cuerpo, anticipaba algo que ella esperaba hace muchos meses: la llegada.

Ella està ahi.
Abierta como un capullo a punto de explotar.

Y se siente por primera vez despuès de muchos meses, que no la miran:

La tocan, la palpan, la auscultan, la controlan, la mesuran, la rasuran, la pinchan, la miden.

Alguna que otra vez, la miran.

Y la acarician.

Y le secan el sudor que le recorre la frente.

Ella no quiere anestesiar el dolor que recorre su piel y sus venas.

Ella quiere sentir en las tripas la nueva vida que sale de sus entrañas.

La escucharàn?

Ella està ahi.

Como un remolino vertiginoso y orgàsmico, y en contracciones que vienen por oleadas, el niño, le habla.

Ella le canta, para adentro.

Pero grita, para afuera.

Para que la escuchen.

Y la miren.

La miren a los ojos.

La acaricien con la mirada.

La recorran en la curvatura de su vientre que en unos minutos perderà su forma, y su estado navega entre aguas que se escurren entre sus piernas.

Ella danza.

Ella està ahi.

Se escoge, retuerce, se estira y vuelve a volar, acunando a su hijo entre sus tripas.

Las làgrimas se escurren y la emoción brota y se extiende infinita en un manto de luz.

Sòlo siente gente pasar a su lado como si la rozaran en un aleteo.

El mundo desaparece.

Al final del tùnel vibra, salta.

El primer llanto de su ternura hecha hàlito de vida.

La eternidad gloriosa del primer contacto,

el piel a piel con su pecho nectarino

dulce y tibio.

Ella està ahi.

Èl la mirò, la escuchò.

Y el mundo, se detuvo…»

-Gabi Dakoff (20-04-2011)