(Gracias Gianni!)
Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse
se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique.
Es invisible y permanece atado a estas dos personas
a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias…
El hilo puede enredarse o tensarse,
pero nunca puede romperse.
Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar
conecta el corazón con el dedo meñique.
Al estar unidos por esa arteria,
se comenzó a decir que los hilos rojos del destino
unían los meñiques con los corazones;
es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.
Una de las caras de este mito cuenta que un anciano,
habitante de la Luna,
sale cada noche y busca almas
que están predestinadas a unirse en la Tierra.
Cuando las encuentra,
las ata con un hilito rojo invisible
para que no se pierdan…
Es algo bellísimo. -Claro que creo que los que compartimos el hilo espiritual, no se rompe a través de la distancia
Como siempre, Gabita, llenaste mi corazón de sol,que hoy no necesito tanto. Besos
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Te quiero mucho mucho
Estás en mi corazón ♥
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