«Nos hemos mirado una eternidad.
¿Cómo es posible que nunca
nos hayamos visto?
Frederick Franke
«Recibir es el arte de incorporar algo a tu conciencia con todo el poder de tus sentidos.
Es el arte de la permisión, más bien que de la reacción.
Es ser receptivo en vez de ser reactivo; es algo muy parecido al modo en que los animales reaccionan entre sí.
Siempre me ha fascinado la tranquilidad que se produce cuando dos perros se encuentran.
Se paran.
Se miran uno al otro durante largo tiempo.
Y olfatean el aire en una acusada actitud de vigilancia.
Forman una isla de silencio cuando, siguiendo con el lento ritual, se aproximan más, se rodean, se ven y se escuchan.
Sintiendo cada uno de ellos, en un encuentro que lentifica el tiempo.
Todas las partes de ese `otro ´ que está a su lado.
Los niños evidencian el mismo instinto en esa pausada y helada mirada que depositan en tí cuando te contemplan.
Aunque sucedió hace algunos años, todavía recuerdo el cruce de miradas que tuve con una niña, de unos tres años, a través de la ventanilla de un coche aparcado en una calle muy concurrida.
Posó sus ojos directamente en mí en una actitud impávida por su franqueza; no era una mirada feliz, ni tampoco triste o inquisidora, era simplemente una mirada franca.
El tiempo se paró.
Cuando nuestros ojos se enredaron, el mundo se vió envuelto por un haz de luz suave y un silencio.
Sólo estábamos la niña y yo.
Durante unos instantes, más que vernos, nos miramos.
Y de repente, como si todos sus sentidos le hubiesen dicho «esto es algo bueno», su cara se iluminó con una enorme sonrisa de la que, sin duda alguna, yo era la destinataria.
Fué un gran regalo que recuerdo como uno de los momentos más entrañables de mi vida.
Los encuentros como éste siempre se caracterizan por su profunda intimidad y empatía.
La empatía -ponerse en el lugar del prójimo- es justo en lo que consiste el recibir; y es, por supuesto, el primer paso que hay que hay que dar cuando se quiere dibujar cualquier cosa….»
-Jeanne Carbonetti
«Quizá algún día la luz interior
brille fuera de nosotros,
y entonces no necesitaremos otra
luz…»
-Johann Wolfgang Von Goethe
Que musica llena de dulzura…
es como tocar el cielo por un ratito..
y dejar correr el alma
más allá
mucho más allá…!