(…)
«El muro es alto, el galpón negro
El bebé está en mis brazos en pañales
Y sé que muy pronto los cielos se agrietarán
y los planetas se desplazarán,
esferas de jade caerán y la existencia se detendrá.
Hermanita, los cielos se están desplomando, y no me importa
Hermanita, el destino te está llamando.
Aquí estoy de nuevo, este antiguo torbellino eléctrico
El mar me sube por las rodillas como una llama
Y me siento como una Juana de Arco fuera de lugar
Y todo porque tú me estás mirando,
Oh, bebé, me acuerdo de cuando naciste
Amanecía y la tormenta se alojó en mi vientre
(…) Yo era joven y alocada, tan alocada que sabía
que podía abrirme paso contigo
De modo que con una mano te mecía
y con el corazón trataba de llegar a tí.
Ah, supe que la juventud era nuestra para que la disfrutábamos
El fuego en un plano mental
(…) Las palmeras caen al mar
No me importa mucho
Mientras tú, Kimberly, estés a salvo
Y pueda mirar en lo profundo
De tus ojos sembrados de estrellas
De tus ojos sembrados de estrellas»
-Patti Smith (de «Tejiendo Sueños»)