«Para mí era por la mañana que se hacía el amor, no por la noche.
Por la noche, se hacían las cosas más locas, las más sucias, las sonrisas malignas y las palabras vulgares, que podrían volver a la mente al día siguiente en medio de la multitud, tratando de mantenerlas incluso a sí mismos.
Tenía algo diferente por la mañana.
No había noviazgos ni alusiones, no se reía y no se reía, sólo se veía, se acariciaba, en el silencio.
Las corazas de ambos aún estaban a los lados de la cama, nadie los había hecho enojar aún, nadie había pasado un día estresante o recibido malas noticias, nadie estaba indeciso sobre sus sentimientos, o había traicionado, o había visto una más hermosa o hermosa.
Por la mañana era sólo amor.
Aquí está para mí, si se dice «te amo» por la mañana es un te amo diferente.
Ahi te amo, a las promesas de la noche, yo nunca lo creí.
A los hombres de la noche nunca les he dado demasiado peso, pero de los de la mañana siempre me he enamorado.
El amor siempre debe hacerse todos los días a las luces del amanecer.»
-D. Simón Simón