«Pongo mi voluntad, en su armadura
de dolor, de trabajo y de pureza,
a cada puerta de la fortaleza
porque sueles entrar en mi amargura.
Mensajes de deleite y de ternura
escucho en torno, en la delicadeza
del verde campo en flor… —¡Ya mi tristeza
va a sucumbir, de nuevo, a tu locura!…—
Para no oírte, muevo mis esposas,
y golpeo el escudo con la espada,
de mi pasión, a un tiempo, esclavo y dueño.
Pero el dormir me ata con tus rosas,
y tú te entras, cruel y desvelada,
por la puerta vendida de mi sueño.»
-Juan Ramón Jiménez
Gracias por toda la belleza que encuentras y repartes
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Que lindo que te guste Edda!!!
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