Leonid Tishkov
Carmen expresa lo mismo que yo senti -de pequeña- cuando vi esta pelicula por primera vez.
Y el por qué necesito volver a verla cada tanto…
Y el por qué necesito volver a verla cada tanto…
Gabi
La bondad y la moda.
«Está será una carta de amor y agradecimiento.
He llegado a la madurez, y es indudable que soy quien soy gracias a Frank Capra. Puede que les suene exagerado, sin embargo estoy completamente segura de que de no haber visto sus películas, no habría sido capaz de enfrentarme al fracaso y al dolor para alcanzar la meta de vivir tal como quiero vivir, y comprender que la felicidad no es la ausencia de conflicto. Una de las cosa que hago para ganarme la vida es animar a leer, sin embargo en las sesiones de cuentos nunca pierdo la ocasión de animar, también, a ver cine. Una buena película no desmerece en nada junto a un buen libro, por lo que nos muestra del mundo; y uno se va construyendo a partes iguales gracias a las influencias externas y a las reflexiones solitarias.
Cuando Philip Van Doren Stern (1900-1984) regalo en la navidad de 1943, a sus amigos, aquellas 200 copias autoeditadas de su cuento The Greatest Gift, basado en un sueño que había tenido 13 años antes, no podía llegar a imaginar que su mensaje, mejorado por el genio de Capra, iba a traspasar fronteras y a iluminar la vida de tantas personas. Bueno, ellos y la suerte que se alió con el público mundial para que ¡Qué bello es vivir! ( It’s a Wonderful Life, 1946) quedara libre de derechos de autor y fuera emitida cada navidad en las televisiones del mundo.
Lo único que me duele, cuando la vuelvo a ver, una vez al año religiosamente, es que siendo una película tan vista por los adultos de hoy, no ha logrado hacernos más valientes para desafiar a los poderosos como un George Bailey, sencillo y soñador, y sin embargo gestor de la primera banca ética de la que yo tuve noticia en el lejano tiempo de mi infancia.
Todo lo demás, me gusta. Me gusta el blanco de la nieve, la alegría de los niños, la determinación de Mary Hatch que sabe lo que quiere en la vida, más que el dinero, más que las fiestas, más que los viajes,más que los trajes…, el lujo verdadero es vivir la vida junto a una buena persona y juntos hacer un mundo mejor.
Cuando llega el invierno y me preparo para compartir el miedo de George, es posible que alguien piense… “¡ya está con sus ñoñerias!”, y es que la bondad no esta de moda, sin embargo dudo mucho que alguna vez logremos vivir sin ella…»
-Carmen Ibarlucea
Me ha debido dictar el comentario el subconsciente, pues sí había visto esta hermosa entrada, pero no lo recordaba; gracias por el apunte, Gabi.
Un abrazo
Me gustaMe gusta
No viste la peli? Es preciosa!!!! Inspira al alma! Yo perdi la cuenta las veces que la vi! Sé que sueno ingenua pero me renueva la esperanza en la vida, verla. =)
Me gustaMe gusta
Si la había visto, pero no recordaba la fantástica escena.
Me gustaMe gusta
A mi siempre me emociona, siempre que la vuelvo a ver! Que inocente, eh!
Me gustaMe gusta